Trabajamos la pasta preocupados por sus propiedades nutricionales y el criterio ecológico. Un ejemplo es nuestro rigatoni de sémola ecológica y huevo biológico, según la normativa CEE nº 2092/91, que prohíbe el empleo de sustancias químicas o de origen artificial.
Las cualidades organolépticas del huevo ecológico le diferencian con claridad. El aspecto, el aroma, el sabor y la textura sobresalen del resto. Los animales además se crían libres, felices, a su manera y en campos dónde nunca se han utilizado abonos químicos ni plaguicidas. Son gallinas que en ningún momento han recibido tratamientos con antibióticos, hormonas o harinas de pescado y carne en la alimentación.
El rigatone se distingue por sus estrías en la superficie exterior, que permiten una mayor adherencia de salsas y acompañamientos. Por eso el rigatoni se recomienda cuando queremos disfrutar de una salsa especial. Es un poco más grande que el penne y el ziti, aunque se parecen. Y la diferencia está en el corte. El rigatoni no acaba el extremo con un corte diagonal, el corte es vertical.
Ese detalle hace que comer rigatoni sea una experiencia totalmente diferente, ya que la pasta con un coste diagonal se desliza más rápido, y el rigatoni permite una comida y una masticación más lenta.
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